julio 05, 2013


RUMPEL: -Miro como @Bael_Euv se va mirándome de reojo. Estaba preocupado...lo notaba... Pero debía hacer esto. No podía permitir que mi hijo viera lo que yo he visto en el frente. No es lugar para un niño. Ver a hombres con los miembros amputados te marca de por vida por no hablar de los gritos de dolor cuando hay que amputar miembros por gangrena o por el mordisco de un ogro. No podía permitir que Bae pasara por eso. Con cierto temor en el cuerpo saco la daga y la ilumino con la antorcha que tenía. En la hoja hay escrito un nombre "Zoso".-
@Zoso_Be... -digo con cierta timidez al saber que estoy solo en el bosque. Si alguien por lo que sea me viera creería que estaría loco. Lo cual ya sería lo que me faltaba- Zoso... -digo con más seguridad- Yo os invoco...
-Me quedo mirando la hoja unos segundos a ver si pasaba algo... Pero nada...Miro a mi alrededor y no veo a nadie. Me doy la vuelta y de pronto lo veo. Una figura negra que inspira temor sólo con verla.

ZOSO: -Camino hasta el bosque esperando la llamada. Veo los árboles por última vez. Estúpidos necios vosotros que adoráis la magia cuando tenéis a vuestro alrededor cosas poderosas sin tener que pagar ningún precio. Pero así es el ser humano...necio e inconformista. Siempre queréis más y más...

De pronto noto que alguien me llama. Hacía siglos que esperaba esta llamada liberadora. Al fin después de siglos y siglos iba a poder descansar. Sonrío interiormente y me aparezco detrás de Rumpelstinskin atraído por el poder de la daga.- ¿Queríais verme? -pregunto sereno.

RUMPEL: -Suelto la antorcha asustado y retrocedo al verle ahí plantado. Sin embargo, tras esa impresión inicial, alzo la mano que sujeta la daga y digo desafiante-¡Rendíos...ser Oscuro! ¡Ya sois mío!

ZOSO: -Rumpel me mira desafiante como si tuviera algún deseo de pelear. Pobre infeliz...- En efecto... -digo haciendo una pequeña reverencia- Ejerced el poder con cautela...Podéis ejercerlo cuando os plazca...-necesitaba provocarle con su hijo para que diera el último paso o no accedería a matarme- Casi ha alboreado... -camino hacia él pasando por encima de la antorcha caída- y hoy es el cumpleaños de vuestro hijo...Apuesto a que los soldados se dirigen hacia vuestro hogar.

RUMPEL: -Caminaba hacia mí con paso tranquilo. Su túnica era negra y el rostro no se le distinguía...Era como estar hablando con la mismísima parca. ¿Cómo es que ningún "valiente habitante" de la aldea se ha atrevido a hacer esto? Por extraño que parezca...el que tenía la daga para controlarle era yo..."el cobarde". Una parte de mí decía que tenía que matarle pero otra no se terminaba de decidir. Al fin y al cabo era magia oscura.
Pero cuando me habla de Bae la impotencia vuelve a mí. Era cierto. Mañana irían a llevárselo. No lo podía permitir.- N-no pueden llevárselo. -digo asustado.-

ZOSO: -Al caminar hacia él noto que la mano que aferra la daga tiembla. Aún necesitaba otro empujón. El miedo se nota hasta en su voz. Tenía que eliminar ese miedo aunque fuera por un segundo para que se atreviera a matarme.-

No los controláis a ellos...Sólo me controláis a mí. -afirmo- ¿Alguna vez os habéis cuestionado si Bae en verdad es vuestro hijo? Pues a diferencia de vos él es valeroso y anela combatir y morir colmado de gloria. ¿Acaso estimáis un pacto justo tener que rendir vuestra alma a fin de salvar a vuestro hijo bastardo? Así pues os pregunto... ¿qué es lo que deseáis de mí...señor?

RUMPEL: -Tiemblo al tenerle tan cerca. Su túnica casi me roza y al notarlo me estremezco. Ahora si podía ver algo de su rostro... Su piel era oscura...Diría que hasta escamosa y los dientes eran los de una fiera. Cuando empieza a hablar de Bae todas las imágenes de lo vivido en la guerra pasan de la forma más clara posible en mi cabeza junto con todo lo que sentí estando allí. Mi intención ahora es firme...Baelfire no puede pasar por eso. Encima tengo que oír que me llama cobarde y a mi hijo, bastardo.
Él es valiente pero su valor no le salvaría en la guerra. Va a saber esta criatura del infierno de lo que soy capaz de hacer por mi hijo. Sabrán todos a partir de ahora que por las causas que merecen la pena siempre lucho... Sobre todo si la persona que quiero cree en mí como lo hace mi hijo. Me pregunta que es lo que deseo. La mano que aferra la daga aprieta el arma con fuerza. "Bae...te quiero" pienso para mí antes de gritar.-
¡TU MUERTE! -le clavo la daga en el corazón. Zoso cae de rodillas y después acaba tirado en el suelo. Me incorporo y veo que la oscuridad de su piel desaparece y en su lugar veo...No...No puede ser...

ZOSO: -Funcionó. La provocación funcionó. Vi la decisión en sus ojos durante un momento y lo hizo. Sentí el acero de la daga abriéndose paso entre la carne...Cosa increíble porque llegué a pensar que ni siquiera eso tenía sino que era una masa de algo indefinido que vagaba por el mundo. Caigo de rodillas para después caer al suelo. Siento que la magia empieza a abandonarme...Al fin voy a descansar. Miro a un Rumpelstinskin confundido de ver mi rostro y río con ganas.-
Al parecer hiciste un trato que no entendiste...Dudo que quieras repetirlo. -vuelvo a reír con ganas.

RUMPEL: -Te miro sin entender- Sois...el pordiosero... -empiezo a recordar el casual encuentro, el relato de la daga...Ahora lo veo todo claro...Lo de la daga era un secreto porque puede matarle...por lo tanto la única persona que lo podía saber...era el propio ser Oscuro- Me dijisteis que os matara... -digo aún sin entender. ¿Por qué el ser que lo tiene todo querría morir?-

ZOSO: Mi vida...era un yugo pesado. Ten por seguro que toda...magia...conlleva un precio muy elevado y ahora tendrás que pagarlo.-Me costaba respirar. El final estaba cerca. Podía sentirlo al igual que sentía cómo la magia abandonaba mi cuerpo lentamente.-

RUMPEL: -Ahora lo veo claro. Me había utilizado. Yo no era más que un peón destinado a liberarle. Como al ser el cobarde estaba sin familia que me apoyara y sin amigos nadie me iba a salvar de mi desesperación. Y por culpa de estar solo había caído como un necio estúpido.- ¿Por qué yo? ¿Por qué yo? -digo muerto de miedo. ¿Por qué no pudo haber elegido a otro? ¿Por qué todo lo malo me pasa a mí cuando todo empezó por querer estar con mi hijo? ¿Acaso querer ver crecer a mi hijo era un delito? ¿Acaso eso era algo tan grave?-

ZOSO: Porque sé reconocer...un alma desesperada. -el dolor ya es definitivo. Definitivamente... expiro.-

RUMPEL: ¡No! ¡No! ¡Aguantad! ¡Decidme qué debo hacer! ¡¿Qué debo hacer?! -noto como la piel de mi mano cambia. Saco la daga del pecho de Zoso y contemplo que ahora hay otro nombre...el mío.

Me alejo del cuerpo de Zoso asustado por si todavía me pudiera hacer algo aunque ya sabía que estaba muerto. No dejo de mirar la daga y mis manos que empezaban a ser invadidas por la piel oscura. Mi cuerpo empieza a temblar asustado mientras veo impotente cómo avanza por mi cuerpo. "¿Qué he hecho Dios mío? ¿qué he hecho?" no dejo de pensar interiormente. Ojalá hubiera tenido más templanza en mi interior. Habría descubierto así el engaño de Zoso y salvar a Bae de esta situación...Dios mío...Baelfire... Pero no me rendiré... Le dije que le salvaría de la guerra...Debo hacerlo por él...Aunque una parte de mí me dice que habrá consecuencias por esto. Siento que la oscuridad ya ha invadido casi todo mi cuerpo. Adiós al antiguo Rumpelstinskin...Ya nada volverá a ser igual. Cuando siento que ya todo mi cuerpo sucumbió...Es extraño...Pero no sentía dolor...sino fuerza...Algo en mi interior me decía que ahora todo iba a cambiar a mejor...ya nadie volvería a pisotearme, ya nadie volvería a hacerme daño nunca más. Me levanto decidido. No sentía dolor en la pierna. Volvía a ser un hombre completo y fuerte como era antes de esa maldita guerra. Podía defender a mi hijo con toda la fuerza del mundo...La fuerza que mi mujer que se esforzó en despreciar. Desde aquel día resuenan las risas de esos piratas en mi cabeza al igual que las risas de los demás durante estos años. Ahora todo iba a cambiar...Todos aquellos que me hicieron sentir insignificante temblarían...Todos ellos iban a sentir lo que yo he sentido cada día durante estos 5 años. Todo por no querer mirar al padre amoroso que era. Se iban a enterar de quién era Rumpelstinskin. Camino a casa para estar ahí cuando lleguen los soldados. Se van a llevar una gran sorpresa...